Es difícil ponerse a pensar en la historia contemporánea de Chile sin tener en cuenta la incidencia y trascendencia que tiene un medio como la televisión en las diferentes aristas de nuestra sociedad. La televisión, en ese sentido, cumple con muchas funciones para los distintos actores que la sintonizan; puede funcionar como un modo de entretención, de escapatoria, un medio de información o muchas cosas más, pero lo que hay detrás de cada uno de estás funciones, tiene que ver con la capacidad que tiene ésta de plantearse como una especie de retrato o reflejo de la sociedad en la que se emite.

En este ensayo se analizará el objeto del televisor y la televisión como elemento medial, esto a través de la disección de tres diferentes películas chilenas, Palomita Blanca y La Telenovela Errante de Raúl Ruíz y Tony Manero de Pablo Larraín. La idea de este texto es hablar teóricamente del elemento de la televisión desde diferentes puntos de vista, enmarcando el análisis en la idea de que, la representación en el cine chileno de la televisión funciona como un retrato y reflejo de la sociedad chilena; la utilización de las películas anteriormente mencionadas, en ese sentido, va guiado con la necesidad de ejemplificar y reconocer las diferentes representaciones de la televisión, siendo este el fondo del trabajo, el análisis del objeto televisivo medial.

Es necesario, primero, enmarcar la tesis de este ensayo en la importancia de la televisión, puesto que, sin reconocer la trascendencia de este objeto en sus diferentes aristas, sería difícil poder reconocer ontológicamente las diferentes mediaciones y utilizaciones de este objeto en la representación cinematográfica. Para poder comprender la motivación del reencuentro de el objeto televisivo, es requisito que se enmarque epistemológicamente los diferentes límites de su trascendencia en la sociedad chilena.

La televisión, es decir su contenido y su noción como aparato para el ser humano, está determinada por el contexto en el cual está situado, es imposible desligar el contenido de la televisión con las realidades en que se producen; es por eso por lo que se hace hincapié en la idea de la televisión como objeto de reflejo, que al igual que un espejo, ésta representa a un objeto externo y a la vez está determinado por él.

También es clave pensar la noción de televisión como medio de comunicación masiva y objeto de reunión social, ambos elementos forman la idea de la televisión como la de un aparato determinante de los modos de pensar e interactuar de la sociedad chilena.

Es debido a las características anteriormente mencionadas, que el cine, como una perspectiva particular de la realidad, toma en cuenta el objeto de la televisión en sus diferentes aristas para plantear una visión de una sociedad que está mediatizada a través de este aparato. El cine funciona, en ese sentido, como una perspectiva esclarecedora y desveladora de una sociedad que se ha encontrado, a través del tiempo, retratada por un aparato tecnológico que también es dependiente de ésta misma.

Es necesario también reconocer parte de la importancia de los modos de representación, esto deviene desde la relación histórica entre la idea de la televisión con la idea del cine. Ambos medios, desde el surgimiento de la televisión, se vieron enfrentados por el control de la atención de las audiencias, como bien encapsula Burke en las primeras líneas de su artículo “Films and Television”; en él cristaliza la idea de que ambos medios por un tiempo parecían alternativas el uno del otro, pero que por una necesidad comercial o estilística buscaron particularizarse para las audiencias. A pesar de la distinción histórica, lo mencionado anteriormente, parece no tener cabida en la discusión frente a la relación que se quiere lograr aquí entre los dos medios de comunicación, pero, sin embargo, viene a lugar, en el sentido de que, la latente búsqueda de particularización de los formatos y los contenidos de cada uno, permite reconocer una yuxtaposición mayor en el cómo, con los antecedentes históricos de las ansias de separación, es posible entender que se está hablando de dos medios con codificaciones estéticas y culturales sumamente distintas, permitiendo así otro tipo de comentario en el juego de la confrontación medial.

La selección de las películas que se mencionan anteriormente viene con la búsqueda de, primero, seleccionar películas en las cuales la televisión cumple un rol importante tanto en la narrativa, como en su forma de representación, y segundo, con la vinculación con la posibilidad de tener la capacidad de reconocer diferentes épocas en que la televisión impregnó de formas diferentes a la sociedad chilena.

Dos de las películas escogidas fueron dirigidas por Raúl Ruíz, él fue un director chileno que participó importantemente en la culminación del denominado Nuevo Cine Chileno a finales de la década de los sesentas y principio de los años setenta, Palomita Blanca se enmarca en ese contexto, es una película que demuestra latentemente el cuestionamiento social de su época. La otra película dirigida por Raúl Ruíz es La Telenovela Errante, filmada en su vuelta del exilio de la dictadura de Pinochet, demuestra fervientemente su búsqueda que tiene por reencontrarse con su país, de volver a reconocer a Chile. Ambas películas no pudieron ser estrenadas en los años que originalmente estaban planeados, Palomita Blanca se estrenó el año 1992, después de que se acabara la dictadura, y La Telenovela Errante se estrenó el año 2017. Por otra parte, Tony Manero, dirigida por Pablo Larraín, es una película que enmarca su narrativa en los años en donde ya está posicionado el régimen de Pinochet, su director buscó a través de ésta y otra películas poder poner la mirada en los sucesos y personajes que rodean el cuerpo del conflicto social y político que define esa época de Chile; Pablo Larraín es un director que ha desarrollado su carrera en las últimas décadas, evidentemente esto le entrega la posibilidad de plantear una perspectiva lejana y retrospectiva de contextos que él no experimentó, como en Tony Manero.

Para hablar de la presencia de la televisión en los niveles dramáticos, narrativos o contextuales de las películas, es necesario poder hablar de la relación intrínseca que existe entre el medio del televisor y el del cine. Es posible hablar acerca de los razonamientos que existen para posicionar la figura del televisor dentro de una obra cinematográfica, esta interacción entre los dos medios, se llama intertextualidad, y se define en Media Intertextualities como : "As various connections in form and content which bond a text to other text" (Hiramoto & Park, 2010).

Es a través de esta intertextualidad, es decir, en la vinculación textual de estos dos elementos, que nos toca entender una serie de conexiones que nacen desde esta tensión; el cómo la utilización de dos niveles de textualidad nos permite generar un comentario acerca de nuestra propia relación con los medios representados, plantearnos, por ejemplo, una serie de cuestionamientos respecto a la figura de la televisión en nuestras vidas, o en el cómo incide la televisión en la vida de los personajes; es también gracias a esta intertextualidad, que es posible para los directores de cine, generar un comentario propio respecto al contexto en cuál sitúan cada televisión, como es el caso de Tony Manero, en el que la presencia de una sociedad que está consumida por la presencia de la televisión y lo que ellas le entrega, se distancia de su contexto social de opresión y dictadura; se puede decir que la televisión es una especie de pantalla de humo para la gente que la consume en esa época.

Hay que pensar también en la relación que mantiene la televisión con su entorno y contexto, con la idea, mencionada anteriormente, de que la representación del televisor en el cine está determinada por esa relación. Es necesario comprender en qué sentido la figura de la televisión está inmiscuida en la vida cotidiana, y cómo ésta puede regir las conductas de la mayoría de la gente, por ejemplo, este cuestionamiento se plantea en el libro Television and Everyday Life: "The first is television’s veritable dailiness. How is it that such a technology and medium has found its way so profoundly and intimately into the fabric of our daily lives? How is it that it stays there? I believe that the answer to these two questions must rely to a significant extent on the way in which one comes to understand the nature of everyday life; and an understanding of everyday life must in turn be premised on an understanding, however imperfect, of the conditions of its own possibility: that is on an account of the preconditions for the possibility of social life as a whole” (Silverstone, 1994), poniendo en la mesa el distintivo razonamiento respecto a la condición social del ser humano con el misión social distintiva de la televisión es posible reconocer la vinculación entre ambos aspectos.

Es desde la vinculación real entre la televisión y su entorno que es posible comprender cómo existe la influencia de la primera sobre la segunda, en películas como Tony Manero o, de manera conceptual, La Telenovela Errante, es posible reconocer la idea del regimiento de la televisión en la conducta de la gente, en Tony Manero, la televisión, a través de sus programas, toma un rol fundamental en el actuar del personaje interpretado por Alfredo Castro, muchas de sus acciones reprochables están ligadas a la posible transformación que puede tener la televisión en él, además de configurar la figura de la televisión como un facilitador de “sueños” para el personaje.

En el caso de La Telenovela Errante, la televisión juega un rol de espejo que está presente en un análisis posterior a su propia presencia controladora, el control de la televisión no está expresado de manera explícita en la película, si no, que viene de cuestionamiento que surge antes de su realización, en palabras de Raúl Ruíz: “La película gira en torno al folletín de televisión, se estructura en base a la presunción de que la realidad chilena no existe: más bien es un conjunto de teleseries, son cuatro provincias audiovisuales y se respira la guerra entre los bandos. Los problemas más políticos y económicos están disueltos en una jalea ficcional dividida en capítulos vespertinos. Toda la realidad chilena está tratada desde el punto de vista de la telenovela y cumple la función de filtro revelador de esta misma realidad” (Vargas, 2017), la pregunta respecto a la incidencia de la televisión dentro de la sociedad está plasmada en la motivación que hay detrás de la realización de la película.

Desde la vinculación directa entre la televisión y la realidad social es posible describir uno de los mecanismos de incidencia que tiene la primera sobre la segunda; en la película Tony Manero se hace uso del objeto de la televisión para distintos cuestionamientos, entre algunos de los que se quiere nombrar, ahora está la idea latente de la presentación de un mundo idílico en la cual los personajes pueden escapar; Siendo esta una de las anclas narrativas vinculadas a Tony Manero, posiciona al objeto de la televisión como un elemento de escape para el personaje de Raúl Peralta, la televisión le presenta un mundo de glamour y fama, que se contrapone radicalmente con la realidad gris y oprimida de su entorno real; tanta es la contraposición de esos caracteres, que Raúl se ve motivado a realizar actos despreciables y delictuales con el afán de culminar su existencia en el éxito que le presenta el programa de concursos;

Es en el fracaso de tal encomienda, que se genera el contrapunto entre los elementos de la televisión y la realidad, desde la demostración de la idea de que, debería existir una imposibilidad de vincularse personalmente con la falsa realidad de la televisión, y de que, el distanciamiento entre ambos planos de realidad es empinado en esa misma conclusión.

La televisión en las películas, desde la intertextualidad, plantea la búsqueda de una relación de expresión metalingüística del director, como es el caso de La Telenovela Errante, en donde, el posicionamiento literal y figurativo de la figura de la televisión nos permite adentrarnos en el comentario que mantiene Raúl Ruíz, su director, respecto a la sociedad chilena. En esta película es posible reconocer la crítica que plantea Raúl Ruíz, por ejemplo, desde la forma en que presenta los contenidos de la obra, la cual está estructurada en una serie de viñetas, en el código de las telenovelas que, desde la sátira, buscan demostrar la relación que tiene Raúl con la sociedad de la época.

Es a través de la creación de un posicionamiento de la figura del código telenovelesco/televisivo, dentro del lenguaje del cine, que se nos es posible visualizar el análisis crítico que plantea Raúl Ruíz sobre su entorno, el cuestionamiento del director no está expresado desde una captura directa del ambiente real, si no que posiciona la figura de Raúl Ruiz desde una perspectiva de distanciamiento de lo real, es decir, todas las apreciaciones que pueden parecer erróneas de la realización narrativa, están relacionadas con el propio desapego de la realidad que tiene el director, La Telenovela Errante es una evocación lingüística de ese desapego.

Vinculado a la relación metalingüística, mencionada anteriormente, es necesario realizar el análisis acerca de la demostración de diferentes géneros televisivos en las películas analizadas. Por ejemplo, alrededor de la película Palomita Blanca se hace referencia constante a una telenovela, esta sirve para vincular directamente la historia de María, la personaje principal; al igual que en La Telenovela Errante, la telenovela se presenta dentro de su código como un mundo artificial y de relaciones plásticas, que se contrapone con el mundo real; En el caso de Tony Manero la contraposición se presenta frente a los programas de concursos, estos presentan un mundo idealizado que aparenta estar al alcance del espectador.

Ambas expresiones de género representan la yuxtaposición directa con la vida de los personajes de María o Raúl en Palomita Blanca y Tony Manero respectivamente, y en La Telenovela Errante, sirven para expresar una perspectiva sobre el espejismo de falsedad de la sociedad chilena. La diferenciación de géneros televisivos representados en estas películas también sirve para poder reconocer diferentes cualidades de la sociedad chilena,tal como se menciona en Reading Television: "In fact, the conventional or traditional aspect of the code enables it to communicate and to convey meaning. And it is by means of these conventions that a culture establishes and maintains its identity; conventions act as cohesives in all codes, whether of language, dress,behaviour, architecture or of any cultural system" (Fiske & Hartley, 1978), es a través de la codificación y decodificación que existe en estás películas, que están presentes diferentes comentarios sobre esta misma sociedad. Este análisis está ligado a la idea más concreta, de que, el hecho de presentar un género en desprecio de otro plantea una perspectiva de la sociedad chilena muy distinta, no por nada los géneros demostrados en estas películas representan una idea de escape o de distanciamiento con la propia realidad de los personajes espectadores.

Es posible comprender que la televisión tiene intrínsecamente dentro de sí una consciencia reflexiva, como se menciona en el libro Television At The Movies: "Television is so self-reflexive, such a parody of itself, so continually broadcasting its unseriousness and meaninglessness that this objective unseriousness must be seen as part of its critical power. As long as television remains stupid, it can go on wielding its incommensurable ideological power without interference" (Nelson & Biga, 2008), esta idea vincula la noción de la televisión como elemento de control de la sociedad con la idea de que es a través de los códigos autoimpuestos de su programación es posible generar tal control.

Tomándonos desde la forma en que se representa a la televisión en las tres películas se puede entender la crítica, que plantean los directores a la presencia del medio televisivo en nuestra sociedad; poniendo a través de su pantalla, a programas banales, faltos de contenido crítico, estas películas entregan la reflexión respecto al elemento controlador, pero también, a modo de reforzar esa idea, presentan a los individuos que se ven expuestos a estos programas como personajes que determinan su existencia gracias a la televisión.

Es desde esta condición de control auto reflexivo que en La Telenovela Errante se hace presente la idea de jugar con los códigos de la telenovela propiamente tal, es posible que el cuestionamiento de Raúl Ruíz sobre la realidad social del país esté vinculado con el pensamiento expresado también en el libro Television At The Movies: "The infamous banality of television is not necessarily something wrong with television. (...) To banalize and serialize the critical aspects of our existence is television’s job, and it is there that its ideological power lies" (Nelson & Biga, 2008), la banalización de la banalización que plantea Raúl Ruíz a través de La Telenovela Errante es una crítica a la capacidad intrínseca, anteriormente mencionada, que tiene el objeto televisivo; esto posiciona a Raúl Ruíz en la vereda del cuestionamiento a la propia realidad de la época, o, en otras palabras, el hecho de jugar con los códigos de la telenovela plantea también jugar con la autoconsciencia televisiva como herramienta de cambio a la propia realidad en que está situada.

Hay que tener en cuenta la vinculación que existe dentro de los propios niveles internos de la película, como, por ejemplo, en Palomita Blanca, la relación que existe con el objeto televisivo está situada también en un nivel más narrativo. Palomita Blanca se trata básicamente acerca de una fallida y tormentosa relación amorosa que mantiene María, el personaje principal, con Juan Carlos un joven de la clase alta, la vinculación que existe con el objeto televisivo deviene principalmente desde la telenovela que ve María con su madrina en algunos momentos de la película, esta telenovela trata un tópico amoroso similar, de manera un poco más fantasiosa, al de la relación de María con Juan Carlos. Es a través del montaje y la yuxtaposición de la de la vida de María con la de la telenovela, que es posible interrelacionar ambas tramas en un nivel más directo, esto nos lleva a reconocer la latente contraposición del mundo televisivo con aquél de la vida real, pero también nos ayuda a entender la capacidad de espejo que tiene el televisor en la vida cotidiana.

Uno de los puntos más interesantes para esclarecer la relación que existe entre la televisión, su representación y la película Tony Manero, está en la presunción de que el televisor funciona como la contraposición directa a la realidad que está fuera de sí misma. Dentro de las diferentes formas en que se puede representar al objeto televisivo a través del cine, la forma en que se presenta en Tony Manero tiene que ver con la concreta idea de la contraposición, el personaje de Raúl se ve de algún modo reflejado en el programa de concursos, no el sentido de que él sea digno espejo de esa realidad, si no que, desde su propia existencia se presenta como lo contrario a lo que se muestra en la televisión; la idea de reflejo como la idea de un ser que se ve espejado, si, es la misma persona, pero todos sus elementos están volteados, lo que era derecha, ahora es izquierda, así funciona el reflejo en Tony Manero, es un anti-reflejo.

Tal como se plantea en el libro, TV Living: "It is obviously the case that television means different things in the lives of different people. (...) it can be a source of engaging narratives, which may stimulate new and related ones in the mind of the viewer; or it can be a means by which individuals compare their own identity, or the self which they present to the world, with those on display" (David Gauntlett, 1999), la forma en que incide la televisión en el personaje de Raúl, deviene de ese ideal de reflejo, su existencia se ve modificada por la presencia de ese objeto televisivo y sus programas, al contraponer su propia existencia con la que se le presenta al frente, el personaje genera en sí mismo la necesidad de parecerse a su contraparte televisiva, algo que es fundamental en la trama de la película.

El uso de una representación cinematográfica de la televisión, en el caso de La Telenovela Errante, genera una especie de distanciamiento en el espectador. Debido a la forma directa en que se presenta al objeto televisivo en esta película póstuma de Raúl Ruíz, es posible reconocer una interpelación desde el realizador al espectador; se presenta en varias oportunidades a la televisión de manera concreta frente al público, pero también directamente desde el código de la telenovela propiamente tal, esta forma de presentación directa permite al público comprender su posicionamiento individual frente al medio televisivo, poniendo en cuestionamiento, su propia faceta de consumidor de televisión.

La interpelación a la consciencia del espectador está vinculado al proceso de distanciamiento Brechtiano, como se define: “It involves the use of techniques designed to distance the audience from emotional involvement in the play through jolting reminders of the artificiality of the theatrical performance” (The Editors of Encyclopaedia Britannica, 2018), el distanciamiento que surge en el público permite reconocer en sí mismo el cuestionamiento de su propia existencia. En el caso de La Telenovela Errante, el planteamiento del cuestionamiento respecto a la consciencia propia de los espectadores como consumidores televisivos permite poner nuevamente en juego la hipótesis de Raúl Ruíz sobre la sociedad chilena, de manera directa a los miembros de ésta.

Esta especie de distanciamiento también permite otro tipo de relación entre el espectador de la película y los personajes, el espectador tiene la capacidad, de cierto modo, de identificarse con la realidad de los distintos personajes desde la idea de que, a través de estas películas posicionan a ambos, el espectador y los personajes, como público de televisión, haciendo posible que el reconocimiento de la realidad de la película sea de forma un poco más directa, suponiendo que se tratara de poner al espectador de la película en un mismo lugar de igualdad que el personaje de la película.

Es necesario también pensar que el uso de la televisión y sus diferentes códigos plantea la evidente consciencia de tres diferentes periodos para el país, por ejemplo, que se presenten en estas películas formatos televisivos tan banales nos permite reconocer aquello con lo que se queda cada uno de los cineastas de lo que significa este medio para cada época, en general posicionándolo desde la vereda de lo perecedero, pero también nos deja adentrarnos en las diferentes formas de entender el pensamiento social de cada época. En otras palabras, el mostrar a la televisión en diferentes periodos de tiempo, nos permite comprender su condición de ventana a la realidad social de cada una de ellas.

Desde el cuestionamiento respecto a la representación de la televisión en el cine, hay que pensar más allá de lo que se ha hablado en los párrafos anteriores, hay que pensar también desde la forma en que se representa el “objeto televisor” en las películas. El televisor es reconocido como un objeto de suma importancia dentro de la idiosincrasia de la sociedad chilena, y su forma de representación física también influye en esa imagen, por ejemplo, en la película Tony Manero, el televisor, como objeto, toma un rol fundamental en el encadenamiento de la trama narrativa, Raúl, el personaje principal, decide robar de manera violenta un televisor a una señora con la finalidad inconsciente de poder estrechar su relación entre el mundo real, y aquel presentado por el programa de concursos y por la película Fiebre de Sábado por la noche.

Por otra parte, en Palomita Blanca, el objeto del televisor cumple el rol de elemento de comunión de los miembros de la casa de María, en especial de su madrina, la presencia de la luz emitida por el televisor en ese cuarto obscuro recalca la precariedad del momento en que viven, pero también remarca su propia importancia, como elemento, dentro las prioridades de esa familia.

En el caso de La Telenovela Errante, el objeto televisor, primero, cumple la función de vincular los mundos interiores de cada una de las sub-tramas de la película, pero también, en un segundo lugar, más profundo, sirve para establecer intertextualmente, dentro de la puesta en escena, la importancia del posicionamiento del televisor; al poner un televisor en un cuarto, sin ninguna otra intervención mayor que su propia emisión, se pone al espectador desde la idea de que él está en esa habitación viendo ese programa, es una especie de reconocimiento de su propia noción de espectador.

A modo de conclusión, es necesario recalcar que la búsqueda de este ensayo está vinculada mayoritariamente con distinguir y describir las diferentes aristas que conlleva el análisis de la representación televisiva en el cine chileno, a través de la disección de tres diferentes películas, en ese sentido es posible concluir que el análisis de la figura de la televisión entrega la posibilidad de comprensión de la relación contextual e inter-medial de la figura del cine propiamente tal. Hablar acerca de la representación de un medio dentro de otro medio permite comprender la perspectiva que tienen diferentes cineastas acerca de la vinculación que existe entre su obra y su contexto, pero también permite comprender cómo la mediación de la realidad influye en esta misma realidad. Los diferentes factores que afectan la forma en que se presenta a la figura de la televisión en el cine, permiten entender las diferentes aristas de importancia que tiene esta misma dentro de las posibilidades de la sociedad chilena, es necesario entender que todos los elementos que componen la realización cinematográfica resuenan de una manera u otra en la concepción que tenemos de sociedad.

Bibliografía

 

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Referencias

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